CURSOREGULAR

La práctica del Shiatsu involucra un aprendizaje sobre nuestros propios cuerpos desde dentro y cómo aprovechar nuestra energía de modo efectivo.

Los Amigos del Shiatsu hemos diseñado un programa de enseñanza que puede ser seguido por personas de cualquier edad y condición física, sin necesidad de ningún tipo de conocimiento previo.

Al tener una estructura por módulos, el programa permite el acceso de personas con muy distintas motivaciones, bien para su aplicación con la familia y personas allegadas, para su propio desarrollo personal o para dedicarse profesionalmente a la práctica del Shiatsu.

La formacion profesional es de tres años.

Un primer módulo en el que se obtiene un nivel que permite dar un Shiatsu a las personas cercanas, y otros dos módulos; en uno se trabaja la Medicina Tradicional China, y en el otro, el Zen Shiatsu.

El curso regular comienza con tres seminarios de fin de semana que forman un curso Básico, y si se desea se continúa con otros siete seminarios y se completa el 1º nivel.

 

 

 

 

 

Qué es el Shiatsu

El Shiatsu es un masaje de origen japonés que ha encontrado en la cultura occidental un campo abonado para su evolución y desarrollo. Pretende conseguir el restablecimiento del equilibrio personal a través de la armonización de los diferentes tipos de energía que mantienen, vitalizan y conforman nuestro ser.

Como dijo el poeta Walt Whitman: «Soy amplio y contengo muchedumbres«. Efectivamente, según la concepción filosófica oriental, el ser de una persona se compone de varias partes (física, emocional, mental, anímica…) tan íntimamente relacionadas que se confunden en nuestra percepción. Y es justo que se confundan porque en realidad forman una unidad inseparable y completamente interdependiente (así, al tocar, por ejemplo, la rodilla de una persona, podríamos decir con total veracidad que estamos tocando su alma). Porque todo está formado de diferentes estadios de energía, de diferentes niveles vibratorios.

A un nivel eminentemente práctico, los estudiosos de la medicina tradicional oriental han comprobado, de una forma empírica y durante miles de años, la existencia y funcionamiento de diversos tipos de energía circulando por el cuerpo físico del ser humano. Y han cartografiado dicho cuerpo mediante canales, vías, meridianos y zonas por donde circulan las energías, relacionándolas con los órganos, síntomas, enfermedades…

Efectivamente, nuestros desequilibrios se manifiestan por lo general en una parte muy determinada de nosotros mismos. Bien sea en forma de alguna molestia corporal, o bien como algo más sutil, quizás un estado de ánimo o una emoción que se manifiesta sin haberla llamado.

El Shiatsu reconoce en esta incomodidad una manifestación del desequilibrio energético de nuestro ser e intenta, mediante la manipulación, mediante la calidez y conexión del tacto, el restablecimiento del equilibrio perdido. De este modo utiliza diversas técnicas para ayudar a que la energía se mueva de las zonas donde hay exceso a aquellas otras donde hay carencia, lo que constituía en sí el origen del desequilibrio.

Cuando se consigue esta movilización energética se restablece la salud en la persona. No se trata, por tanto, de eliminar el dolor o la disfunción mediante una pastilla que alivia o hace desaparecer el síntoma (lo que dejaría el origen del problema intacto, sin solucionar) sino de colaborar en la armonización de ese ser humano a quien la vida y su propia manera de actuar y responder han llevado a sentirse a disgusto. Observamos aquí algo muy importante en la práctica del Shiatsu, y es que el ser de la persona en desequilibrio debe reconocer y asimilar el cambio, ese nuevo y sutil equilibrio energético, para que se produzca la cura.

Es en este sentido en el que el terapeuta de Shiatsu no aparece como un mago sanador sino como una persona que propone un nuevo equilibrio, un equilibrio que llegará a buen puerto solamente si el paciente lo acepta. Es, por tanto, el que recibe el Shiatsu quien puede curarse a sí mismo. El Shiatsu simplemente acompaña en el proceso de autocuración. Es así de curioso, así de interesante. Y así de bonito, añadiríamos.

Por resumir tanta explicación, y desde otro punto de vista, lo que hacemos en el masaje Shiatsu es activar lo que está estancado, llenar lo que falta, calmar lo demasiado activo… Equilibrar. Y esto se consigue trabajando sobre los meridianos de energía del cuerpo mediante presiones y manipulaciones tendentes a canalizar correctamente la energía vital.

Aunque en principio puede servir para cualquier disfunción, puesto que todo es energía, el Shiatsu está especialmente recomendado para situaciones de estrés, dolores musculares, agotamiento, dolores de cabeza, problemas digestivos, circulatorios, respiratorios… pero siempre teniendo en cuenta que su principal virtud radica en el trabajo preventivo, en el mantenimiento de una buena salud (algo que te deseamos de todo corazón).